lunes, 20 de abril de 2009

aromas



Y así me desperté. Falto de ideas y conocimiento. Inundado de un extraño sentimiento que poco a poco acogía mi alma sin darme yo cuenta de lo que estaba sucediendo, o siquiera de lo que estaba sintiendo. Desvariando un poco y aún aturdido, me acerqué a la ventana, cosa que prácticamente nunca hago, porque esta mañana había un cielo grisáceo que predominaba en mi panorama, una secuela de actividad innata remanente que esperaba ser vista por mis ojos para así poder irse a morir en paz.
A llegar a la ventana, apagué el ventilador. Y fue entonces cuando me di cuenta que lo que me llamaba impacientemente no era el cielo gris de lluvia, si no el olor del día que se levantaba absolutamente distinto a como lo hizo ayer. Es evidente para mí que el universo cambió durante ese lapso en el que estuve ausente, ni siquiera yo soy el mismo, pero algo particular había esta mañana que me hipnotizó con la mirada a cualquier parte; no era eso lo que importaba.
El más agradable y delicioso aroma a humedad fue lo que primero me atrajo. Una suerte de baño de agua fresa que entro por mi nariz al acercarme, impregnada de recuerdos y de sensaciones pseudo orgásmicas que, aún, no podía reconocer, pero estoy absolutamente seguro de que me son familiares. De pronto me viene a la mente una fecha. Un año atrás, aproximadamente, percibí por primera vez esos aromas, y junto con este recuerdo, vinieron muchos recuerdos de esa época, una mujer que pasó al olvido, mi trabajo, mis amigos, cada día que disfruté y cada noche que gocé.
Y como si fuera una película en reversa, de pronto vinieron todos los recuerdos de mi vida, tan rápido que no podía detenerme a pensar en cada uno, así que expiraba y aspiraba bocanadas de aire, de aromas que me hacían volver una y otra vez a cada momento bueno de mi vida. “Ningún tiempo pasado fue mejor, solo que, felizmente, el ser humano hecha al olvido las experiencias desagradables”.
Pasé mi día sabiendo que esa mañana descubrí que el mundo había cambiado, que otra época se acercaba, probablemente la lluvia, que yo no era el mismo, que los aromas son una suerte de droga que te hacen viajar al pasado, porque si hay algo que es imposible de olvidar, es el aroma de nuestra vida.

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